martes, 5 de abril de 2022

¿Cómo se discrimina a una persona lingüísticamente y quiénes lo sufren?

      Día a día somos testigos de que al no cumplir sintácticamente con lo que señala la Real Academia Española genera burla y discriminación. Esta forma de discriminación poco investigada y divulgada tiene sus propias características y afecta a la persona que lo sufre en distintos espacios, ya sea en el hospital, el trabajo o en el mismo transporte público.

Aunque hay otros rasgos asociados a la discriminación como la raza, la pobreza, la exposición limitada a la literacidad en castellano. La discriminación lingüística sigue vigente aunque como explicaré en adelante, las actitudes de los peruanos monolingües castellano-hablantes parecen estar en proceso de revisión. Hago hincapié sobre este tema, porque hay nuevos estudios e investigaciones que señalan que las actitudes de los peruanos de ciertos sectores, hacia las lenguas originarias parecen estar variando y haciéndose menos negativas.

Las personas de origen andino son los más discriminados lingüísticamente.
Ministerio de Cultura. Publicación 2022


Aun así, es importante señalar que los niveles de discriminación en Perú por cuestiones de raza, clase social, lengua, y otros factores expresados previamente siguen vigentes. Para esto me gustaría recordar la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial que en su Artículo 1º señala que: «La discriminación entre los seres humanos por motivos de raza, color u origen étnico es un atentado contra la dignidad humana y debe condenarse como una negación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos»

  Así, tenemos que en América Latina existe discriminación por parte de algunos hablantes hacia muchos otros que hablan una lengua distinta a la oficial, esta forma de maltrato se extiende a organismos estatales, incluso la escuela. 

 El territorio peruano no es monocultural, por el contrario, es acentuadamente pluricultural y multilingüe. Sin embargo, este rasgo de su realidad no está suficientemente subrayado en la concepción constitucional, pese a ser evidente que el estado tiene en su seno formaciones culturales y lingüísticas radicalmente diferentes. Hay varios puntos de la Constitución en los que la especificidad cultural occidental se proyecta como universalmente válida para todas las culturas y lenguas vigentes en el Perú. 

Por lo tanto, nos preguntamos, ¿cómo se discrimina a una persona lingüísticamente? ¿En qué momento surge tal discriminación? ¿Quiénes son las personas que lo experimentan?

Entendemos por discriminación lingüística toda aquella actitud hacia las lenguas o variedades lingüísticas que se base en la idea de que estas se pueden clasificar en tipos y que existen diferencias entre esos tipos, que pueden justificar la concepción de que unas son superiores a otras total o parcialmente.

Ciertamente la discriminación lingüística no constituye un acto solo a nivel de los individuos, por su mala voluntad o falta de empatía con el otro, sino que es parte de una estructura social muy enraizada en nuestra sociedad, es sistemática y va reinventándose desde distintos criterios para no ser cuestionada. Existe entonces un trato diferenciado generalizado en nuestra sociedad por la forma de expresarse de las personas, que refleja en realidad la representación social que tienen unos hablantes. 

La discriminación  es un organizador secular de las relaciones entre los peruanos desde hace siglos y está tan internalizado entre nosotros que ya hemos terminado por creer que es natural. 

Dicho lo anterior, cuando una persona hace un contraste entre dos personas que hablan la misma lengua, crea inconscientemente una jerarquización de lo que es aceptable o inaceptable. Esto se ve claramente en fenómenos sintácticos, relacionados a la escritura y fonéticos vinculados a la articulación sonora o comúnmente llamada pronunciación. 

Alfabeto de idioma Quechua.


Este estereotipo afecta discriminatoriamente a las personas de origen andino y son señalados de ignorantes, faltos de inteligencia, incultos, etcétera. 

El motoseo, por ejemplo, es una características real y de distanciamiento entre monolingües y bilingües de castellano, que depende tanto de la manera en qué los bilingües pronuncian las vocales, como de la forma en que los monolingües las perciben. 

El motoseo no es sino un fenómeno de interferencia lingüística en el nivel fonético. Concretamente este se produce cuando el bilingüe identifica los fonemas de la segunda lengua con los de la materna. 

Según el censo de 2017, el Perú tiene 3 799 780 hablantes de quechua como primera lengua, que forman una proporción de 13,6% respecto de la población total.

INEI. Censo 2017

Tan aguda es la discriminación que el Censo muestra que los padres migrantes prefieren no enseñar a sus hijos y/o descendientes su lengua originaria por temor a que sufran rechazo es las instituciones públicas o cualquier espacio y entorno.

El gran problema es que esta práctica abiertamente discriminatoria hacia las personas que manejan una forma distinta de expresar el castellano y aquellas que tienen como lengua materna una lengua originaria (como el quechua, el aimara y shipibo) está normalizada, por lo que es importante cambiar la situación.

Una forma de erradicar esas representaciones dominantes de la lengua que producen la desigualdad es una educación intercultural y crítica. La educación intercultural bilingüe solo destinada a zonas rurales no sería suficiente 

Con respecto a la educación bilingüe, el acápite describe que el Estado se compromete a «fomentarlo».

En la Constitución Política del Perú, inciso 17 de la Constitución Política del Perú de 1993, dice: 

«El Estado garantiza la erradicación del analfabetismo. Asimismo fomenta la educación bilingüe e intercultural, según las características de cada zona. Preserva las diversas manifestaciones culturales y lingüísticas del país».



Esta expresión aunque positiva no esclarece con exactitud cuáles podrían ser las medidas que se podrían optar para fomentar la educación bilingüe. Una observación importante es la presencia del término ‘intercultural’, aunque aparece después del término bilingüe, considero importante que se tenga en cuenta que la inclusión de este término en la legislación peruana data desde 1993. Por otro lado puede asumirse que la educación bilingüe intercultural, es una estrategia para preservar las manifestaciones culturales y lingüísticas diversas; en tal sentido la mención a la preservación de estos elementos en este inciso puede ser considerada pertinente.

La promoción de la integración, que se señala en este mismo inciso, se entenderá que se hace respetando la diversidad cultural. El concepto de «integración cultural» –a la luz de varios enunciados que llevan a respetar la diversidad cultural– requiere de un desarrollo conceptual especial, para no resultar contraproducente o controversial. La referencia a educación bilingüe e intercultural es como he acotado previamente, novedosa como precepto constitucional para esa época.



Fuentes:

Fuentes
Constitución Política del Perú 1993
Moreno Cabrera, Juan Carlos. La discriminación lingüística.
Bruce Jorge.  2008 Nos habíamos choleado tanto. USMP, Fondo Editorial. 
Cerrón Palomino 2003.  Castellano andino. Aspectos sociolingüísticos, pedagógicos y gramaticales. PUCP.
Declaración de Naciones Unidas
Aprendo en casa. Videoreportaje.

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